miércoles, 13 de julio de 2011

Nuestros Sueños


Erase una vez, en la cumbre de una montaña, tres pequeños arboles juntos que pensaban sobre lo que querían llegar a ser cuando fueran grande:

El primer arbolito miro hacia las estrellas y dijo: “Yo quiero guardar tesoros. Quiero estar repleto de oro y lleno de piedras preciosas”.
“¡Yo seré el baúl de tesoros más hermoso del mundo!”
El segundo arbolito miro un pequeño arroyo en su camino al océano y dijo:
“Yo quiero viajar a través de aguas temibles y llevar reyes poderosos sobre mí. ¡Yo seré el barco más imponente del mundo!”

El tercer arbolito miro hacia el valle que estaba debajo de la montaña y vio a hombres y mujeres trabajando en un pueblo. “Yo no quiero irme de la cima de la montaña nunca. Yo quiero crecer tan alto que cuando la gente del pueblo se pare a mirarme, levanten su mirada al cielo y piensen en Dios. ¡Yo seré el árbol más alto del mundo!”

Los años pasaron. Llovió, brillo el sol, y los pequeños arboles crecieron muy alto. Un día tres leñadores subieron a la cumbre de la montaña. El primer leñador miro al primer árbol y dijo:
“¡Que árbol tan hermoso es este!”, y con la arremetida de su hacha brillante el primer árbol cayó. “¡Ahora me deberán convertir en un baúl hermoso, deberé contener tesoros maravillosos! dijo el primer árbol.

El segundo leñador miro al segundo árbol y dijo: “Este árbol es muy fuerte, es perfecto para mí”, Y con la arremetida de su hacha brillante, el segundo árbol cayó. “¡Ahora deberé navegar aguas temibles!, pensó el segundo árbol: “Deberé se un barco imponente para reyes temidos y poderosos”.

El tercer árbol sintió su corazón sufrir cuando el ultimo leñador lo miro. El árbol se paro derecho y alto y apuntando ferozmente al cielo.
Pero el leñador ni siquiera miro hacia arriba y dijo: “Cualquier árbol es bueno para mí”, Y con la arremetida de su hacha brillante, el tercer árbol cayó. El primer árbol se emocionó cuando el leñador lo llevo a una carpintería. Oír el carpintero lo convirtió en una caja de alimento para animales de granja. Aquel árbol hermoso no fue cubierto con oro, ni lleno de tesoros, sino que fue cubierto con polvo de cortadora y llenado con alimento para animales de granja hambrientos.

El segundo árbol sonrió cuando el leñador lo llevo cerca de un embarcadero, pero ningún barco imponente fue construido ese día. En lugar de eso, aquel árbol fuerte fue cortado y convertido en un simple bote de pescar, era demasiado chico y débil para navegar en el océano, ni siquiera en un rio, y fue llevado a un pequeño lago.

El tercer árbol estaba confundido cuando el leñador lo corto para hacer tablas fuertes y lo abandono en un almacén de madera. “¿Qué estará pasando?”, fue lo que se pregunto el árbol, “Yo todo lo que quería era quedarme en la cumbre de la montaña y apuntar a Dios…” Muchísimos días y noches pasaron. A los tres arboles ya casi se les había olvidado sus sueños. Pero una noche, una luz de estrella dorada alumbro al primer árbol cuando una joven mujer puso a su hijo recién en la caja de alimentos.

“Yo quisiera haberle podido hacer cuna al niño”, le dijo su esposo a la mujer, la madre le alzo la mano de su esposo y sonrió mientras la luz de la estrella alumbraba a la madera suave y fuerte de la cuna. Y la mujer dijo: “Este pesebre es hermoso”. Y de repente, el primer árbol supo que contenía el tesoro más grande del mundo. Una tarde, un viajero cansado y sus amigos se subieron al viejo bote de pesca. El viajero se quedo dormido mientras el segundo árbol navegaba tranquilamente hacia adentro del lago. De repente, una impresionante y aterradora tormenta llego al lago. El pequeño árbol se lleno de temor, él sabía que no tenía la fuerza para llevar a todos esos pasajeros a la orilla, a salvo, con ese viento y lluvia.
El hombre cansado se levanto, y alzando su mano dijo: “Calma”.

La tormenta se detuvo tan rápido como comenzó. Y de repente el segundo árbol supo que el llevaba navegando al rey del cielo y de la tierra.

Un día en la mañana, el tercer árbol se extraña cuando sus tablas fueron tomadas de aquel olvidado almacén de madera. Se asusto al ser llevado a través de una impresionante multitud de personas enojadas. Se lleno de temor cuando unos soldados clavaron las manos de un hombre en su madera. Se sintió feo, áspero y cruel. Pero un domingo por la mañana, cuando el sol brillo y la tierra tembló con júbilo debajo de su madera, el tercer árbol supo que el Amor de Dios había cambiado todo.

Esto hizo que se sintiera fuerte, y cada vez que la gente pensara en el tercer árbol, pensaría en Dios. Eso era mucho mejor que se el árbol más alto del mundo. La próxima vez que te sientas deprimido por qué no conseguiste lo que tú querías, solo siéntete firme, y se feliz porque Dios te está preparando algo mejor.
                                                           xesyca.skyrock.com  

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